10 DE AGOSTO CON FERIADO Y SIN BANDERAS

Y quién tiene la culpa de que nos importa un comino eso del civismo. Siempre y cuando haya vacación.

2022-12-28T08:00:00.0000000Z

2022-12-28T08:00:00.0000000Z

El Comercio (Ecuador)

https://prensadigital.ec/article/281552294934278

ESPECIAL DE INOCENTES

Se cumplieron 213 años del Primer Grito de Independencia que le dio el título de ‘Quito, Luz de América’, a la capital de nuestro país. Si es que a este pedazo de tierra que comienza más arribita de Tulcán y termina en una zanja putrefacta allá en Huaquillas, se le puede llamar país. Más allá de cómo se lo pueda considerar al territorio en el que por fortuna o por equivocación de la cigüeña nos tocó nacer, lo que a la gente le importa es que el 10 de agosto es una fecha que consta en la lista de feriados. Solo valen los días de asueto que hasta la fecha les encantan a nuestros conquistadores y que nos heredaron como una costumbre de la que nunca nos independizaremos. El 10 de agosto en nuestro país ya no es fecha cívica, es otro de esos días para irse de feriado. Con el cuento de la reactivación del turismo, los ciudadanos salen a disfrutar de la playa y del mar, sin percatarse de que ahogan su economía familiar. A fin de cuentas y como lo sostuvo un imbécil no hace mucho tiempo: “Para eso tienen tarjeta de crédito”. El Gobierno ya debería ser consciente de que somos un pueblo sin identidad, nos importa un comino lo que sucedió en esa fecha hace 213 años. Por eso es que no se lo celebra el día que es. Así se lo traslada para que coincida con el fin de semana más cercano y de esa manera sus gobernados se vayan de playa, se agarren a chupar o se queden en sus casas en modo ‘rasquin’. Lo que preocupa es que ni siquiera se embanderó la ciudad, cosa que imaginamos, también sucedió en el resto de la república. Parece que ocurrieron cosas más importantes como la separación de Ben Affleck y Jennifer López o la muerte de Olivia Newton-john. Lo cierto es que será un día para ir a pasar chévere en Montañita o en cualquier playa del país. Salir a sitios cercanos a pegarse los bizcochos en Cayambe o las hallullas en Latacunga. Y si no hay plata, quedarse a remar en La Alameda. También es la oportunidad para que los vendedores ambulantes comercien sus productos, de todo, menos banderas, porque no han de hacer ni un dólar. Nadie puso una pinche bandera en su ventana o balcón. ¿Se debería a que los gritos de auxilio ante tanta violencia ahogaron al grito de independencia? ¿Hubo el temor de que así como está el nivel de inseguridad, se roben hasta las banderas? O fue que gracias a tantos alcaldes fuleros, Quito pasó de ser Luz de América a penumbra del Pichincha. El Banqueado

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